lunes, 26 de octubre de 2015

No queremos emuladores de F1, queremos becas y un futuro digno.

Desde este lunes 26 de Octubre hasta el 30 del mismo mes el Banco Santander instalará un puesto con actividades como un emulador de F1 o un simulador de entrevistas de trabajo, con el objetivo de promocionarse en el campus.

Desde CEPA consideramos que este tipo de eventos son la perfecta representación gráfica de como la universidad está dejando de ser un espacio de conocimiento en libertad para todos y se convierte en un  nicho de mercado para las empresas y las multinacionales.

No es casualidad que este tipo de eventos se hagan aquí, pues la Universidad de Zaragoza, debido a que Aragón es la segunda Comunidad Autónoma que menos financia a la universidad púbica, se sitúa a la vanguardia en lo que a financiación privada se refiere, más de un 7%. Este mecenazgo supone que la Universidad ceda sus espacios a estas empresas y tome sus decisiones pensando en los beneficios de estas, llegando a ofertar cátedras con sus nombres, y no en asegurar una docencia de calidad o unos espacios adecuados a sus estudiantes.

En el caso del Banco Santander, este tipo de acciones solo buscan lavar la imagen de un banco que es conocido por obtener sus beneficios mediante prácticas como la especulación inmobiliaria, desahuciando a quien se interponga en su objetivo, o mercadeando con el precio de los alimentos.

Que el gobierno descienda la partida de becas mientras los Bancos nos ofrecen a cambio hipotecarnos para estudiar es otra muestra de cómo, mediante los recortes en lo público, imponen beneficios para lo privado llevándose por delante los derechos de los estudiantes y transformándolos en mercancía.
Mientras nuestros estudios se deterioran y cada vez accedemos a trabajos en peores condiciones y sus beneficios aumentan cada vez más, ocupan nuestro campus para hacerse propaganda y presentarse como colaboradores, cuando todos sabemos que son unos de los culpables de la quiebra del sistema educativo que se manifiesta en que estudiemos en edificios en ruinas o que la universidad pública haya perdido casi 86.000 estudiantes en todo el estado.

POR UNA UNIVERSIDAD PARA TODAS Y TODOS.

FUERA EMPRESAS DE LA UNIVERSIDAD.